lunes, 28 de diciembre de 2009

¿No querías juerga?...toma dos tazas !

Uno de los últimos fines de semana, antes de las fiestas navideñas. Había que ir calentando motores, y nada mejor que una multitudinaria fiesta. ¿Cómo? Improvisada, y utilizando las nuevas tecnologías. Cita a través de las redes sociales. Tuenti, Facebook, Twitter... lograron en muy poco tiempo congregar en la estación de S-bahn de Westkreuz una gran cantidad de jóvenes sedientos (adjetivo que en Berlín se utiliza más bien poco), ávidos de emociones fuertes..., o sea, sexo, drogas -incluida enorme ingesta de cerveza- y rock and roll. En esto han cambiado poco los gustos juveniles a lo largo de los últimos años.

















 Al poco tiempo, la multitud saltaba, bailaba, gritaba y todos los *aba mejores o peores que se puedan imaginar. Cuando llegaba el "Ring" (línea circular), la marabunta subía a los vagones y seguían aba que te aba.
No había viajeros, evidentemente. El asunto se puso peor cuando algunos con el nivel de excitación en zona roja se subieron a los techos del tren, después de haber regado con cerveza y otros líquidos de parecido tono a su alrededor.
De inmediato se presentó la policía, armada de cámaras de vídeo y otros útiles, con los que comenzaron a repartir estopa a algún loquillo que por pereza se quedó a tiro. Por supuesto la representación española en el evento fue numerosa (casi todos los Erasmus), pero la mayoría de los alborotadores eran autóctonos, que hacían que la estación recordara a la zona de copas de Lloret de Mar en una noche de agosto. Visto el desenlace, Carpe se retiró puesto que los antidisturbios seguían a lo suyo, grabando y desalojando a la turba que *aba desaforada.
De vuelta, Carpe, Culè dos franceses también en "franca" retirada y una amiga decidieron tomar algo en un bar llamado Ken, en cuya puerta se podía leer "Es la hora de Ken... ¡ lo siento Barbie !" Resultó ser un bar Gay donde degustaron un buen kebab y se retiraron a sus respectivos domicilios... o todos al mismo, vaya usted a saber.


poco tiempo, Carpe vio " La mala educación". Pero no tuvo nada que ver con lo acaecido en la fiesta. Simplemente que en su carrera en la universidad berlinesa se estudia a Almodóvar y proyectaron la película. Encantada aún por su visionado, Carpe comenzó a trabajar en su próxima presentación sobre S. Allende, pero eso es ya otra entrada.

jueves, 17 de diciembre de 2009

El Derby en la peña culé de Berlín

La peña se encuentra en Oranienburgerstrasse, cerca de Friedichstrasse. Allí fue Carpe, empujada por las ganas de su amigo Culé, al que parece que presta demasiada atención o hace demasiado caso ¿?.
El local dispone de varias salas equipadas con distintas pantallas. Cuando llegaron con una hora y cuarto de adelanto se encontraron con la sorpresa de que había que pagar un euro por entrar. Hasta las peñas berlinesas recogen el espíritu catalán de inmediato.
Se instalaron en un buen sitio en una de las salas y guardaron espacio para la incorporación de 5 amigos: Fiscalín, Cutre, Friki y dos amigas de la resi. Todo preparado, a punto para el pitido inicial y.... se jodió el invento. A pesar de la High Technology alemana el Tv cascó, y con el partido recién comenzado tocó emigrar.

Imaginaos a Carpe, entre boixos sedientos de sangre madridista teniendo que buscar nueva ubicación en alguna de las otras abarrotadas salas. Evidentemente los catalogermanos que le habían cobrado el euro habían desaparecido también con los 6 euros de sus amigosy los de todos los demás. En la segunda parte decidieron buscar mejor local, pero era imposible por la cantidad de seguidores sobre todo del Barça que poblaban los locales que disponían del partido. Al final pudieron verlo con la mejor de las perspectivas: ¡desde la calle en otro bar! Al menos escaparon de la asfixia.
Al acabar el partido, trompetas, insultos, Tots al camp, soms un clan a los cuatro vientos... y, cuando Carpe ya se marchaba, una pareja mayor la espetó: ¡Ah, eres española!, cuando les comentó su procedencia madrileña.
Carpe, a quien le encanta BCN como a su padre, y que tiene buenos amigos catalanes ( Culé y Cutre entre otros), no entendió aquella salida de tono y dejó allí a Culé con sus amigos.
A los pocos días repitió con el Barça-Jerez, donde tras aburrirse como nunca, volvió a escuchar los cánticos, trompetas y gritos de rigor  tras la victoria sosa de los blaugranas. Mientras se marchaba a casa pensando en descansar de fútbol (al menos del Barça) una temporada pensaba...¿Por qué habrá tantos catalanes en Berlín? No tenía la solución, y por tanto no le dedicó más que unos segundos antes de volver a darle vueltas a la cabeza con su próxima mudanza, aún sin haber decidido donde.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Barça-Real Madrid en Berlín

Aunque me salte el orden cronológico (ya lo he hecho alguna vez), anticipo entrada sobre cómo se viven estos partidos entre españoles (y catalanes para los que así lo sientan) en la capital alemana. No se conocen peñas madridistas, o al menos Carpe no pudo encontrarlas, pero sí una de culès. Como siempre muy activa, ruidosa y algo exgerada en sus gestos, pero al fin y al cabo es una peña futbolística española (catalana) en Berlín ¿no querremos que estén callados, verdad?

jueves, 3 de diciembre de 2009

Habitat de Carpe

Como era de esperar, la residencia de estudiantes Erasmus es algo a lo que un padre de hija nunca se acostumbrará, aunque no lo reconozca. El establecimiento, con largos pasillos en cuyas paredes se enfrentan multitud de puertas en las que ya se comienza a intuir el espíritu del local, es feo como pocos. Por la gente que circula por él, se confirma la multiprocedencia de sus moradores, de acuerdo con la sociedad global que facilitan los actuales medios de transporte, las nuevas tecnologías y sobre todo (esto es opinión personal), que los jóvenes estudiantes de hoy descienden de padres educados ya entre inquietudes sociales y posterior transición, que buscaban descubrir y aprender más allá de nuestras fronteras. Yo mismo ya pude disfrutar de la revolución portuguesa con 18 años, con un italiano (Pasolini), una historia (la de O) y un tango (el último), en unos locales tan cerrados, oscuros y llenos de gente como la residencia de Carpe (los cines de Lisboa) que marcaron aquel paseo inolvidable a pesar del guardia civil que se empeñó en quedarse con mi póster de Mao, y que seguro han ayudado a no poner casi pegas a este Erasmus.


Volviendo al domicilio actual de Carpe (por poco tiempo), puertas abiertas, mezclas de olores de especias chinas, porros, salchichas cerveceras alemanas y el aceite de oliva español que dora las tortillas, entre otros, castigan la pituitaria sin piedad. Puertas abiertas, reuniones en la cocina ¿?, peleas con la nevera para hacerse un hueco donde colocar el queso, que no tardará en desaparecer gracias a la necesidad -o la búsqueda de aplacar la gula de algunos-,  incluso desfiles por los rincones buscando algún Mb de más de la WifiLAN, o el indescriptible cuarto de lavado , forman parte del paisaje. Es parecido al de algunas comunas que conocimos unos años atrás, pero con calefacción y TIC's (aunque muy mala la Wifi). De la habitación de Carpe y su orden, mejor no hablar. Si hubiera que definirla con una sóla palabra, sería caos. Si fuera con dos, caos total y si con una frase, "jamás he visto un caos como aquel". Sólo un consuelo: Carpe sigue teniendo su sonrisa, o incluso la ha ampliado, aunque tanta libertad la confunda.