viernes, 20 de noviembre de 2009
Relatos viajeros
Aprovechando mi reciente viaje, incluiremos algunos datos de primera mano. Nada más llegar, primera sorpresa. Carpe se defiende (como ya he comentado) mucho mejor en el metro de Berlín que en el de Madrid. ¡Necesidad obliga!, y si en Madrid es un problema moverse por la falta de interés en conocer el sistema de transporte público (y por la escasa necesidad, pues siempre hay alguien que le ayude a moverse entre los que estoy en primer lugar), en Berlín ha sido imprescindible desde el primer momento. A pesar del idioma, Carpe se mueve estupendamente con un plano asqueroso prestado por la Sparkasse y el German-english que domina con soltura. A mi, en cambio, el cambio de sistema me provoca desasosiego. La mezcla de transporte subterráneo (u-bahn) y en superficie (s-bahn casi en su totalidad), junto con transbordos de uno a otro saliendo unos metros por las calles, consigue que deje en manos (o en ojos) de Carpe la responsabilidad del desplazamiento, lo cual, en cualquier otro aspecto sería un acto heroico. Destaca en el u-bahn la cutre-tapicería de los asientos y la serigrafía de la puerta de Brandemburgo miles de veces en todas las ventanas. Preferimos el s-bahn que nos permite ver la ciudad y nos parece más cómodo, a pesar de las muchas bicicletas que los berlineses llevan siempre consigo.
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